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Conferencia inaugural
Glyn Hambrook
Comparatismo digital: cuatro puntos cardinales, una bisectriz y un pequeño enfrentamiento septentrio-meridional
Glyn Hambrook
Comparatismo digital: cuatro puntos cardinales, una bisectriz y un pequeño enfrentamiento septentrio-meridional
Glyn Hambrook es actualmente profesor honorífico en el Departamento de Filología Inglesa de la Universidad Complutense de Madrid y Honorary Research Fellow en la Universidad de Wolverhampton (Reino Unido). Doctor de la Universidad de Nottingham con una tesis sobre la influencia de Charles Baudelaire en el modernismo español (1986), ha sido antes de jubilarse en octubre de 2017 vocal de la Junta Directiva de la British Comparative Literature Association, coeditor de la revistaComparative Critical Studies y miembro del comité de redacción de la Revue de Littérature Comparée. Entre sus publicaciones destacan: The Reception of Francophone Literature in the Modernista Review Helios: 1903-1904 (Edwin Mellen Press, 2013), Interrogating Gazes. Comparative Critical Views on theRepresentation of Foreignness and Otherness (Peter Lang, 2013), en colaboración con Montserrat Cots, Pere Gifra-Adroher y “Packaging a Posy of Perversity: Eduardo Marquina’s 1905 Spanish Translation of Les Fleurs du mal’, Bulletin of Hispanic Studies (93.9, 2016). El principal enfoque de su investigación es la recepción de la literatura francófona en la España de fin de siglo, dentro del marco de la literatura europea de fin de siècle en general. En los últimos años ha publicado también sobre la teoría de la degeneración aplicada a la literatura finisecular, sobre Rafael de Zamora y Pérez de Urría, un escritor ‘olvidado’ del fin de siglo español, y sobre el estado actual de la literatura comparada en el Reino Unido. Últimamente ha debutado como traductor literario, con versiones al inglés de ‘Kábala práctica’ (Leopoldo Lugones) y ‘Máquina cerebral’ (Rafael de Zamora) publicadas en las revistas Short Fiction in Theory and Practice (2014) y Hélice(2017) respectivamente.
‘Comparatismo digital: cuatro puntos cardinales, una bisectriz y un pequeño enfrentamiento septentrio-meridional’
« Hundí la mano turbulenta y dulce » declama el sujeto anunciador del Canto general de Pablo Neruda, « en lo más genital de lo terrestre ». De igual manera lo digital ha hundido con brío mas también con ternura sus apéndices digitales en lo más recóndito del alma contemporánea, transformando el tejido de nuestra experiencia personal, social, profesional e intelectual de tal modo y hasta tal punto que resulta más difícil arrancar lo digital de nuestro corazón colectivo que la legendaria espina machadiana : sin la picadura de lo digital, por fas o por nefas, ya no podríamos sentir el corazón.
Se han hecho pronto visibles las aplicaciones de la tecnología digital en el campo de las humanidades y, dentro de ellas, los estudios litararios, desde las primeras reflexiones, muy oportunas por cierto, sobre al paso del texto al hipertexto hasta las más recientes reflexiones sobre el digital academic, condición de ciberperito imprescindible para el estudio de nuevas literaturas digitales y para el despliegue del repertorio de recursos técnicos procedentes del fenómeno digital. Para el investigador y docente, las culturas digitales han transformado el terreno profesional, « aux uns apportant la paix, aux autres le souci », para citar un verso del gran poeta Baudelaire, fallecido hace un siglo este año. Por cierto, hablar de terreno, es recurrir a una metáfora muy apta, porque la dimensión que más se ha visto transformada por la cultura digital sea tal vez el espacio: gracias a proyectos como Europeana, el investigador puede rastrear sin moverse de su pupitre decenas, centenares o hasta miles de textos y documentos, labor que antaño se realizaba sólo tras dias, semanas o hasta meses de visitas a bibliotecas, hemerotecas o archivos; el doctorando puede enviar borradores de capítulos y hasta su tesis entera a su director de estudios sin acudir a la facultad; tanto profesor como alumno pueden leer fuentes primarias y secundarias online en versión electrónica sin pasar el umbral de la biblioteca universitaria. Pero todo esto ha acelerado enormemente el ritmo del trabajo, transformando nuestra experiencia del tiempo así como del espacio, impulsándonos a recorrer más terreno en menos tiempo. Ángel, demonio o sirena, la cultura digital sigue abriéndonos nuevos horizontes, nuevas oportunidades y nuevos desafíos.
Hoy me propongo esbozar una cartografía del territorio digital según las formas bajo las que se manifiesta para el comparatista. Empezaré dando una vuelta a las cuatro puntos cardinales de la cultura digital, a saber :
· (i) el fenómeno y las manifestaciones de la literatura digital
· (ii) ¿cómo estudiar, investigar y enseñar las literaturas digitales desde una óptica comparada?
· (iii) Las aplicaciones investigativas y pedagógicas de la tecnología digital al åmbito de la literatura comparada
· (iv) Las tecnologías digitales como medio de divulgación científica
Pasaré luego a una reflexión sobre la medida en la que los orígenes y las bases anglófonos de las tecnologías aludidas dejan su rastro en la vida cotidiana del comparatista e influyen en ella. Para terminar, y aprovechando el tema de la hegemonía anglosajona, voy a estudiar un ejemplo temprano de una de las múltiples manifestaciones de la literatura digital: 'Máquina cerebral' (1907) de Rafael de Zamora y Pérez de Urría, texto publicado en España a comienzos del siglo XX, que se anticipa en muchos aspectos a la cultura y tecnologías digitales de hoy, sobre todo su ambición y voluntad de extender su influencia sobre el espacio tanto interior como exterior.
‘Comparatismo digital: cuatro puntos cardinales, una bisectriz y un pequeño enfrentamiento septentrio-meridional’
« Hundí la mano turbulenta y dulce » declama el sujeto anunciador del Canto general de Pablo Neruda, « en lo más genital de lo terrestre ». De igual manera lo digital ha hundido con brío mas también con ternura sus apéndices digitales en lo más recóndito del alma contemporánea, transformando el tejido de nuestra experiencia personal, social, profesional e intelectual de tal modo y hasta tal punto que resulta más difícil arrancar lo digital de nuestro corazón colectivo que la legendaria espina machadiana : sin la picadura de lo digital, por fas o por nefas, ya no podríamos sentir el corazón.
Se han hecho pronto visibles las aplicaciones de la tecnología digital en el campo de las humanidades y, dentro de ellas, los estudios litararios, desde las primeras reflexiones, muy oportunas por cierto, sobre al paso del texto al hipertexto hasta las más recientes reflexiones sobre el digital academic, condición de ciberperito imprescindible para el estudio de nuevas literaturas digitales y para el despliegue del repertorio de recursos técnicos procedentes del fenómeno digital. Para el investigador y docente, las culturas digitales han transformado el terreno profesional, « aux uns apportant la paix, aux autres le souci », para citar un verso del gran poeta Baudelaire, fallecido hace un siglo este año. Por cierto, hablar de terreno, es recurrir a una metáfora muy apta, porque la dimensión que más se ha visto transformada por la cultura digital sea tal vez el espacio: gracias a proyectos como Europeana, el investigador puede rastrear sin moverse de su pupitre decenas, centenares o hasta miles de textos y documentos, labor que antaño se realizaba sólo tras dias, semanas o hasta meses de visitas a bibliotecas, hemerotecas o archivos; el doctorando puede enviar borradores de capítulos y hasta su tesis entera a su director de estudios sin acudir a la facultad; tanto profesor como alumno pueden leer fuentes primarias y secundarias online en versión electrónica sin pasar el umbral de la biblioteca universitaria. Pero todo esto ha acelerado enormemente el ritmo del trabajo, transformando nuestra experiencia del tiempo así como del espacio, impulsándonos a recorrer más terreno en menos tiempo. Ángel, demonio o sirena, la cultura digital sigue abriéndonos nuevos horizontes, nuevas oportunidades y nuevos desafíos.
Hoy me propongo esbozar una cartografía del territorio digital según las formas bajo las que se manifiesta para el comparatista. Empezaré dando una vuelta a las cuatro puntos cardinales de la cultura digital, a saber :
· (i) el fenómeno y las manifestaciones de la literatura digital
· (ii) ¿cómo estudiar, investigar y enseñar las literaturas digitales desde una óptica comparada?
· (iii) Las aplicaciones investigativas y pedagógicas de la tecnología digital al åmbito de la literatura comparada
· (iv) Las tecnologías digitales como medio de divulgación científica
Pasaré luego a una reflexión sobre la medida en la que los orígenes y las bases anglófonos de las tecnologías aludidas dejan su rastro en la vida cotidiana del comparatista e influyen en ella. Para terminar, y aprovechando el tema de la hegemonía anglosajona, voy a estudiar un ejemplo temprano de una de las múltiples manifestaciones de la literatura digital: 'Máquina cerebral' (1907) de Rafael de Zamora y Pérez de Urría, texto publicado en España a comienzos del siglo XX, que se anticipa en muchos aspectos a la cultura y tecnologías digitales de hoy, sobre todo su ambición y voluntad de extender su influencia sobre el espacio tanto interior como exterior.
WORKSHOP
Coordinación:
Sofía Nicolás y Dolores Romero,
¿Puede una máquina escribir una poema de amor?
30 de noviembre de 2017, 18:00
Salón de Grados, Edificio A, Facultad de Filología, UCM
Coordinación:
Sofía Nicolás y Dolores Romero,
¿Puede una máquina escribir una poema de amor?
30 de noviembre de 2017, 18:00
Salón de Grados, Edificio A, Facultad de Filología, UCM
En los últimos años la literatura se nos ha hecho digital en muchos sentidos, también desde el punto de vista creativo. En la era del posthumanismo y la postverdad, los creadores digitales nos siguen interrogando sobre las cuestiones fundamentales de la existencia humana. Preguntarnos si una máquina puede escribir un poema de amor es lanzarnos a investigar sobre el desarrollo de la inteligencia artificial y las implicaciones futuras de la tecnología en la sociedad. ¿Es capaz una máquina de aprender leyendo textos del pasado, apreciando su valor simbólico, detectando sus temas dramáticos? ¿Llegará la literatura digital a proponer textualidades de alta tecnología donde resplandece lo visual, lo llamativo, que sustituirán al modelo decadente y viejo heredado de las versiones analógicas? ¿Hasta qué punto existe un diálogo entre la poesía y el código?¿En qué momento estamos ahora? En este workshop tratamos de aprender qué proponen estos creadores digitales provenientes del campo de la ingeniería informática y la arquitectura paramétrica.